La ultraderecha alemana puede haber quedado fuera del poder, pero la AfD es una fuerza poderosa

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En las recientes elecciones federales alemanas de 2025, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha emergido como una fuerza política significativa, consolidándose como la segunda formación más votada con un 20,8% de los votos. Este resultado representa un notable incremento respecto al 10,4% obtenido en los comicios de 2021, reflejando un cambio en el panorama político alemán y evidenciando una creciente polarización en la sociedad.Resultados Electorales y Distribución RegionalLa Unión Demócrata Cristiana (CDU), liderada por Friedrich Merz, obtuvo la primera posición con un 28,5% de los votos, mientras que el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente Olaf Scholz se relegó al tercer lugar con un 16,4%, marcando su peor desempeño histórico. Los Verdes alcanzaron un 11,6%, y La Izquierda (Die Linke) logró un 8,8% de los sufragios. La participación electoral fue notablemente alta, situándose en un 84%, la más elevada desde la reunificación alemana.Geográficamente, se observa una marcada división en el voto. En los estados occidentales, correspondientes a la antigua República Federal de Alemania (RFA), los partidos tradicionales como la CDU y el SPD mantuvieron su dominio. En contraste, en los estados orientales, que conformaban la antigua República Democrática Alemana (RDA), AfD logró un respaldo significativo, superando el 40% de los votos en algunas circunscripciones. Este patrón refleja una persistente división política y socioeconómica entre el este y el oeste del país.Factores que Contribuyen al Ascenso de AfDEl crecimiento de AfD puede atribuirse a múltiples factores. La formación ha capitalizado el descontento de sectores de la población frente a temas como la inmigración, la seguridad y la economía. Según encuestas realizadas por Infratest dimap para la cadena pública ARD, la inmigración fue el tema decisivo para el 15% de los votantes, cifra que asciende al 38% entre los electores de AfD. Asimismo, la seguridad influyó en el 18% del electorado general y en el 33% de los votantes de AfD.Además, AfD ha logrado consolidar su apoyo entre los votantes más jóvenes. En la franja de 25 a 34 años, el partido obtuvo el 23% de los votos, y en el grupo de 35 a 44 años, alcanzó el 26%. Entre los votantes de 18 a 24 años, La Izquierda fue la opción preferida con un 25%, seguida de cerca por AfD. Este respaldo juvenil indica una tendencia hacia opciones políticas más extremas, posiblemente como respuesta a la percepción de ineficacia de los partidos tradicionales para abordar los desafíos actuales.Reacciones Políticas y Perspectivas de GobiernoTras los comicios, Friedrich Merz descartó cualquier posibilidad de coalición con AfD, afirmando: «Quieren todo lo contrario de lo que queremos nosotros, y, por tanto, no es posible gobernar con ellos». Esta postura mantiene el «cordón sanitario» que los partidos democráticos han establecido alrededor de AfD. Ante esta situación, la opción más viable para formar gobierno parece ser una «gran coalición» entre la CDU/CSU y el SPD, fórmula que ha sido recurrente en la política alemana desde los años 60. Otra posibilidad sería una coalición «Kenia», que incluiría a la CDU/CSU, SPD y Los Verdes, proporcionando una mayoría más sólida en el Bundestag.Por su parte, Alice Weidel, líder de AfD, celebró los resultados y expresó su intención de superar a la CDU en futuros comicios. Weidel criticó la exclusión de su partido de las discusiones parlamentarias y abogó por el fin del cordón sanitario, argumentando que ignorar a los votantes de AfD es antidemocrático. Además, destacó los avances de su partido tanto en el este como en el oeste del país, subrayando que AfD ganó 45 de las 48 circunscripciones en el este.Implicaciones para Alemania y EuropaEl ascenso de AfD refleja una creciente polarización en la sociedad alemana y plantea desafíos tanto a nivel nacional como europeo. Internamente, los partidos tradicionales enfrentan la tarea de abordar las preocupaciones que han llevado a una parte significativa del electorado a inclinarse por opciones extremas. Externamente, el fortalecimiento de la extrema derecha en la principal economía europea podría influir en las políticas de la Unión Europea, especialmente en áreas como la inmigración, la seguridad y la integración europea.