Vehículos eléctricos enfrentan mayores desafíos

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El mandatario de Estados Unidos ha comunicado la aplicación de un impuesto del 25% a todos los coches importados, el cual empezará a regir el 2 de abril de 2025. Esta resolución tiene la intención de fomentar la fabricación interna y aumentar los ingresos fiscales, que se esperan oscilen entre 600,000 millones y 1 billón de dólares en los próximos dos años. Los automóviles producidos dentro del territorio nacional estarán exentos de dichos impuestos.

Se anticipa que esta normativa afecte considerablemente al mercado automotriz de Estados Unidos. Expertos calculan que el precio de los automóviles nuevos podría subir entre 5,000 y 10,000 dólares. Especialmente, los coches eléctricos podrían resultar más impactados debido a su dependencia de baterías y piezas electrónicas importadas.

Se prevé que esta medida tenga un impacto significativo en el mercado automotriz estadounidense. Analistas estiman que el costo de los vehículos nuevos podría incrementarse entre 5,000 y 10,000 dólares. En particular, los vehículos eléctricos podrían verse más afectados debido a su dependencia de baterías y componentes electrónicos importados. ​

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha expresado su preocupación, advirtiendo que estos aranceles podrían perjudicar tanto a fabricantes globales como a la industria automotriz nacional. La presidenta de la Comisión Europea ha lamentado la decisión, señalando que los aranceles son perjudiciales para empresas y consumidores por igual. ​

El anuncio de estos impuestos ha provocado preocupación en los mercados financieros. Las acciones de las compañías automotrices han registrado bajas, lo que refleja la inquietud de los inversores respecto al impacto en el sector. Los economistas alertan que estas decisiones podrían disminuir las exportaciones de automóviles desde Europa y perjudicar la industria automotriz de Alemania.

Como reacción a estas políticas, los países perjudicados han manifestado que podrían establecer impuestos de represalia sobre productos de Estados Unidos. Dirigentes de Japón, Alemania y Corea del Sur han mencionado la posibilidad de imponer sus propios impuestos a las exportaciones de automóviles estadounidenses, lo que podría aumentar las tensiones comerciales y repercutir en múltiples industrias.

En respuesta a estas políticas, países afectados han indicado que podrían implementar aranceles de represalia sobre productos estadounidenses. Líderes de Japón, Alemania y Corea del Sur han señalado la posibilidad de imponer sus propios aranceles a las exportaciones de automóviles de Estados Unidos, lo que podría intensificar las tensiones comerciales y afectar a diversas industrias. ​

Esta medida forma parte de una serie de políticas comerciales proteccionistas implementadas recientemente. Anteriormente, se impusieron aranceles del 25% al acero y al aluminio importados, lo que provocó represalias por parte de la Unión Europea y Canadá. ​